Palabras Claves: grupal, conciencia, autoestima, cohesión grupal
Dinámica:
Alguien sale al centro y los demás le piden algo que él tiene y que a ellos les vendría bien tener. Debe ser un aspecto positivo suyo que se le solicita como regalo. Ejemplo: “Yo te pido tu imaginación, tus manos suaves, tus ojos brillantes, tu capacidad de hacer chistes, tu decisión para jugar”. También se le puede ofrecer algo que tengamos nosotros y que le vendría bien a él: “yo te doy mi sensibilidad, mi fantasía, mi capacidad de cambiar de juego”, etc.
Es muy importante que no se juegue por cumplir y que el que no tenga nada que decir sepa callarse. Si el animador percibe que el juego se está banalizando puede introducir pausas.
Variantes:
a) Sentados en círculo, cada uno va dando y pidiendo según lo sienta en el momento. Así se respeta el ritmo de todos. Cada cual, cuando siente algo, se dirige a esa persona por su nombre y le dice: “Te doy…”.
Es importante observar el lenguaje. Las personas inseguras tienden a decir: “Yo te daría…” –me gustaría tener y dártelo-, o, “te pediría”. Podemos hacerles notar la diferencia.
b) Buscar un regalo procedente de la naturaleza para obsequiárselo a alguien en concreto y no a todo el grupo. Puede ser una flor, una piedra o un pequeño objeto. Se entregará diciendo: “Te doy esto porque para mí significa…” o “que a ti te puede venir bien porque es…”
Nota:
Los juegos que tienen como centro el regalo, tener un detalle con los demás o el desapegarse de cosas requieren que los participantes estén sensibilizados y se conozcan entre sí. Son juegos delicados, en los que es necesario un ambiente sutil, sensible y receptivo para que sea fácil implicarse emocionalmente.
