Todo lo que me dieron, el resto lo hago yo

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Palabras Claves: reflexión, familia, crecer, hijos

Hace muchos años hubo un gran terremoto y dos enormes rocas colisionaron una contra la otra, lo único que evitó que se golpearan fue una pequeña piedra que quedó colgada entre ellas. Con el paso del tiempo, sobre esta pequeña piedra calló una semilla de la cual comenzó a crecer una pequeña planta, pero llegado un punto, la planta ya no pudo crecer más pues las enormes rocas que aprisionaban a la pequeña piedra sobre la que se sostenía, tapaban el sol y el agua que caía entre ellas no era suficiente para alimentarla.

La pequeña planta le dijo a la piedra ¡Gracias piedra por sostener mi semilla y por permitirme crecer en ti!, la verdad es que me gustaría crecer mucho más y quizá llegar a ser un árbol algún día, tengo toda la vida por delante de mi, pero mientras estemos entre estas dos grandes rocas, eso no podrá suceder.

La piedra la escuchó y dijo: yo te agradezco que hayas crecido en mi, antes de que llegaras, la vida era monótona y aburrida, pero hoy me siento muy contenta de verte crecer dentro de mí y nada me haría más feliz que verte convertida en un hermoso árbol pero lo que me pides no es posible. Si yo me quito de entre estas dos rocas, tengo miedo de que se estrellen una contra la otra y el golpe sea tan fuerte que queden reducidas a polvo. Yo salí de estas rocas y siento que es mi responsabilidad cuidar de su bienestar.

El tiempo pasó y la pequeña planta al no tener suficiente sol comenzó a marchitarse, la piedra se entristecía cada día más de ver su morir su planta. Cuando parecía que no quedaba nada qué hacer, el universo se movió, la tierra se movió y otro gran terremoto vino a sacudir a las rocas que se separaron lo suficiente para que la piedra pudiera desatorarse y caer al suelo lejos, en un prado verde lleno de sol.

La pequeña piedra quedó sorprendida al ver que las dos grandes rocas no habían chocado una contra la otra sin su presencia, al contrario, parecían más fuertes, estables y libres, esa era la sensación nueva para la piedra: ¡Libertad! Se sentía expandida, entonces la pequeña flor comenzó a recuperarse y, como ahora tenía suficiente sol, junto con la fuerza de la pequeña piedra (que estaba hecha del mismo material que las grandes rocas) pudo crecer y crecer hasta convertirse en un hermoso árbol.

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