Palabras Claves: reflexión, padres
El buen carbón hace al buen diamante. No podemos encontrar un diamante sin carbón, es prácticamente imposible; podemos elegir quedarnos con el diamante pero no olvidar el carbón que lo formó. así mismo, podemos elegir quedarnos con el corazón de papá y no olvidar —y agradecer— al hombre que fue papá. El corazón de papá es un diamante envuelto por el hombre que fue papá. Ese corazón podemos tomarlo, dejando con respeto al hombre lo que es del hombre. así crecemos y podemos reconocer que nosotros también somos diamantes… y carbón.
