Palabras Claves: grupal, cohesión grupal, conciencia, autoconocimiento
Dinámica:
Todo el equipo/grupo de pie. El facilitador solicita que comiencen a caminar por la sala en silencio, respirando y tomando conciencia de su respiración, así como de sus pensamientos, sensaciones y emociones.
A partir de aquí hay varias opciones para hacerlas de a una por separado, o combinando varias entre sí. A saber:
- “Siguen caminando pero van expresando lo que perciben en sí mismos; por ejemplo, sensación: calor, frío, sueño, tengo tensión en la espalda; pensamientos: ¿qué estará haciendo mi familia ahora?, ¿se habrán despertado los chicos?; emoción: estoy entusiasmado, me da vergüenza, etc.” El facilitador va repitiendo lo que se dice e invita a todos a que hagan lo mismo. También, sabiendo que el grupo no está aún caldeado y hay pensamientos que quedan ocultos detrás de temas formales que son muy poderosos si los podemos expresar para procesarlos, el facilitador puede ir agregando cosas que supone
que no son dichas e invita a todos a repetirlas. Por ejemplo: “y esto que me hacen hacer ¿para que será?”; “¿se arreglarán sin mí en la oficina?” (se puede bromear sobre eso mismo: ¿y si se arreglan sin mí en la oficina?); “esto que haremos, ¿será ‘más de lo mismo’”?
Esto generará un valor agregado al objetivo inicial de romper el hielo y caldearse para la acción: ponerle nombre a cuestiones que se piensan pero no se nombran, incorporando también las emociones. La manera de desactivar los “innombrables” es justamente nombrarlos. Con toda seguridad este procedimiento aflojará tensiones y comenzará a generar un espacio de mayor desenvoltura y confianza.
- Para incluir el dominio de lo corporal. Caminando, el facilitador solicita reconocer y señalar apoyando una mano en un lugar de tensión o molestia en el propio cuerpo. Pedimos automasajearse esa zona, expresando también sonidos de dolor y/o de alivio. Luego pedimos a todos ponerse en un círculo mirando hacia adelante. Le preguntamos al de adelante dónde tiene su molestia y lo ayudamos con un masaje. Después giramos 180º y repetimos el procedimiento con la persona que estaba detrás de nosotros. Además de ir generando redes de relaciones es indudable que después de poder tocar a otro se facilita la comunicación.
- Otra variante para incluir lo corporal mientras el equipo o grupo está en movimiento, es señalar al azar a alguna de las personas y solicitar a los demás que copiemos sus acciones, movimientos y expresiones corporales y verbales. Cuando esta persona quiera le pasará la conducción (liderazgo) a otro y se
seguirá repitiendo el procedimiento con algunos más. No con todos, ya que el riesgo es que muchas veces, con el objetivo de caldear para la acción, provocamos un efecto contrario, descaldeando por prolongado o por tornarse aburrido. - Caminar de diferentes maneras: sobre arena caliente, pisando huevos, con viento en contra, apurados porque llegamos tarde a una reunión, cansados al terminar el día de trabajo, etc. Hasta recuperar el ritmo que sienta cada uno en ese momento en particular.
