Me fortalezco como la mujer que soy

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Palabras Claves: reflexión, trabajo en equipo

La abeja platicaba con los grillos: No entiendo a esas abejas, se la pasan trabajando todo el día para hacer miel ¡Qué absurdo! Miel ¿Por qué no hacer algo más sustancioso? La miel es dulce y pegajosa, ¿Por qué no hacer seda como los gusanos o telarañas fuertes y resistentes?

Eso de encontrar algo dulce e inmediatamente participarlo a las otras es una tontería. Si encuentras algo para comer, te lo comes y no lo andas compartiendo con nadie. En lugar de trabajar todo el día, deberían salir a buscar otros territorios, a pelear contra las avispas por sus avisperos, a adueñarse de todas las hojas del bosque o invadir los agujeros de las hormigas y de las termitas.

De esta manera hablaba la abeja con todo insecto que se cruzaba en su camino. Una tarde, mientras la abeja estaba distraída hablando con un insecto palo, apareció volando un pájaro y de un picotazo intentó comérsela. La abeja asustada comenzó a volar a toda velocidad mientras el ave la perseguía dando aletazos y queriendo atraparla con sus patas.

Un repentino golpe del enorme pico la hizo caer dentro de un tronco. La última imagen que tuvo antes de quedar inconsciente fue la de muchas de sus hermanas abejas lanzándose con el aguijón afilado en contra del ave. al despertar estaba siendo cuidada con ternura por tres abejas que con suavidad le colocaban gotas de miel en el cuerpo para sanar sus heridas y en la boca para alimentarla. Al sentir la dulzura del alimento comenzó a llorar. ¡Lo lamento hermanas, no sabía que lo dulce pudiera ser tan fuerte y sustancioso! Gracias por rescatarme con su fortaleza y valentía. Yo soy una de ustedes y de hoy en adelante viviré agradecida por ser una abeja.

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