Palabras Claves: conciencia, percepción
Dinámica
Consigna
Voz del facilitador hablando, pausadamente. Si lo consideran conveniente pueden hacer una introducción trabajando con la respiración.
Dice el facilitador:
–Estás en la planta de un edificio desconocido para ti. Está en penumbras; estás tranquilo. No conoces el lugar pero no sientes ningún temor. Lentamente el lugar se irá iluminando y verás un amplio salón, vacío, pero con diferentes puertas (…). En cada una de ellas hay un letrero con pequeñas letras. Si no te acercas no alcanzas a leer. Intrigado, respiras y lentamente te acercas a una de las puertas. Miras el cartel y dice “Infancia”. Entras (…), cierras la puerta detrás de ti y buscas un lugar donde ponerte; observas (…); ¿qué ves? (…); ¿cómo es ese lugar? (…); ¿qué objetos hay? (…). ¿Encuentras algo conocido para ti? (…) ¿Hay alguien más?, ¿aparece alguien? (…) ¿Quién? Sigue observando un rato prestando atención a tu emoción (…). Al cabo de un rato decides retirarte. Te acercas a la puerta, abres, sales, das una última mirada y cierras la puerta. Te diriges a otra. Al acercarte lees: “Mi trabajo”. Entras (…). Buscas un lugar desde donde observar (…). Nuevamente: ¿qué ves? (…); ¿a quién ves? (…); ¿cómo te ves? (…), etc., etc.
Las preguntas disparadoras de imágenes, recuerdos y asociaciones se reiteran con ligeras variantes en cada uno de los espacios a ingresar.
Nota
Otras sugerencias de puertas para indagar: “Mi salud”, “Mi cuerpo”, “Mis amigos”, “Mi pareja”, “Futuro” (más todas aquellas que se te ocurran y que hagan a la indagación de la persona, grupo o equipo con quien estés coacheando o trabajando).
Personalmente trabajo este ejercicio ingresando a no más de tres o cuatro puertas (una cantidad mayor puede resultar en un ejercicio cansador, exigente y desmotivador). Suelo elegir como última puerta la que dice “Yo”.
Al finalizar solicito una respiración profunda, abrir los ojos, reconectarse con el espacio en el que están y disponerse a procesar lo trabajado.
