Palabras Claves: facilitadora, evaluación, final
Tiempo: 15 minutos
Dinámica:
Consiste en expresar y compartir lo que uno ha sentido con respecto a sí mismo y al grupo.
Es muy útil al terminar un juego que ha requerido mucha implicación o al final del día, para recoger las experiencias más interesantes. De esta forma compartimos con el grupo lo que más nos ha sorprendido, gustado, preocupado, etc. en un determinado momento.
El feedback puede ser:
a) no estructurado: dejando que el grupo exprese sin normas lo que ha sentido o experimentado;
b) estructurado: proponiendo frases incompletas. Por ejemplo: “yo he sentido….”, “he notado….”, “he aprendido que…..”, “me ha faltado…..”
Esta segunda opción es útil cuando los participantes se conocen poco o cuando se han hecho varios feedbacks no estructurados y queremos aportar una nueva sorpresa al grupo.
Es importante que quien hable lo haga en primera persona: “yo siento….”, “me he dado cuenta…..”, “he experimentado….”, “ahora estoy sintiendo…”, etc.
Se puede sugerir que compartan los sentimientos y experiencias de forma escueta, sin teorizar y sin evaluar a otras personas del grupo. Si el margen de tiempo del que disponemos no es amplio, es preferible no fomentar las
réplicas ni discusiones.
Se puede realizar por parejas, en grupos pequeños o con todo el grupo sentado en círculo. Si el feed-back sigue a un juego, puede realizarse en grupos pequeños para que todos los participantes tengan tiempo de expresarse. Un feedback de resumen de una tarde o día de juegos (u otras actividades) puede sugerirse a todo el grupo en círculo.
Esta técnica facilita mucho la incorporación de los más tímidos y en ocasiones aporta un toque de humildad a los que se creen únicos en la lucha con un problema o la realización de un logro. Uno se da cuenta de que hay mil maneras de vivir las cosas, que muchas dificultades y posibilidades propias lo son también de otras personas, etc.
Hay personas que utilizan con mucha frecuencia el “yo soy” o el “yo no valgo, no sirvo”, creando frases que implican una fijación con un especial estado de ánimo. Podemos sugerirles que las cambien por otras más dinámicas y momentáneas. Es muy distinto decir “he sentido timidez en tal momento” que “soy tímido”. “Me he sentido cariñoso con el grupo” no es lo mismo que “soy cariñoso con el grupo”. Es interesante quitarse las etiquetas que nos mantienen en una postura negativa o rígida con respecto a nosotros mismos.
Merecen respeto los fracasos que se comparte con el grupo, porque de ellos se aprende. No todo es euforia, energía o buen sabor de boca.
El feedback resulta así un buen indicador para saber hasta dónde ha llegado la toma de conciencia.
