Palabras claves: pensamiento, verguenza
Dinámica:
El facilitador pide a los miembros del grupo que cada uno piense en un secreto personal vergonzoso que, normalmente, no confesaría a nadie (algo que hizo en el pasado o que está haciendo en el presente; algún hábito que les avergüence; alguna característica física, …). Se les deja que piensen en ello. Después se les dice: “Ya que no hay tiempo para hacer el ejercicio con todos, voy a pedir a uno de vosotros que comente detalladamente, en voz alta, el secreto vergonzoso en el que ha estado pensando”. Mientras, va mirando a cada uno como dudando a quién elegir y añade algo como: “¡Ah, ya sé a quién se lo voy a pedir!”, haciendo una pausa. Después, sigue diciendo: “Pero, antes de hacer el ejercicio, voy a preguntaros a cada uno cómo os sentís en estos momentos”. Normalmente, si el animador lo hace bien (es decir, el forma que parezca creíble), los participantes suelen experimentar ansiedad, incomodidad, rechazo, ira o vergüenza; aunque, en ocasiones, pueden sentir agrado o diversión.
Seguidamente, se comentan los diferentes sentimientos experimentados por los participantes y se analiza cómo esos sentimientos van ligados a diferentes formas de evaluar la experiencia, es decir, a diferentes pensamientos.
