Palabras Claves: grupal, comunicación, reflexión
Dinámica:
Dice el facilitador:
–Las que siguen son varias ejercitaciones que se van sucediendo y encadenándose. Después de cada ejercicio les pediré que se comuniquen según determinadas reglas o con algunas restricciones. También los invitaré a que registren cómo se sienten, qué vivencian o de qué se dan cuenta, cómo se perciben desde el hablar y también desde el escuchar, percibir cómo se facilita o dificulta la interacción y hasta que punto se conectan. Yo, como facilitador, los iré guiando.
Disposición
Sentados frente a frente.
a. “Los invito a conversar durante cinco minutos. Háganlo respetando vuestro modo coloquial habitual hablando de lo que quieran. Cualquier tema es importante para tomar conciencia de cómo hablan y cómo se sienten mientras se comunican.
Al cabo de cinco minutos (les puede parecer una eternidad) interrumpan, quedándose en silencio para reflexionar: ¿de que habló cada uno?, ¿cómo habló?, ¿se miraron o se evitaron?, ¿sienten que se comunicaron o solo dijeron cosas?
Compartan sus reflexiones con el compañero o el grupo.
Como el ejercicio continúa, pueden tomar alguna nota que les sirva de recordatorio”.
1. “A continuación, continuarán conectando, pero únicamente a través de afirmaciones impersonales (el, las, lo), no estando permitidas las oraciones en forma de pregunta. Por ejemplo, ‘el día está hermoso’, ‘las paredes son de ladrillo’, etc.
Reflexionen, escriban y compartan la experiencia con su compañero de trabajo: ¿cómo fue comunicarse de esta forma?,
¿cómo se sintieron al hablar y escuchar estas frases?”
2. “Comuníquense ahora solo usando oraciones que comiencen con la segunda persona del singular (tú, vos). Son frases referidas a la persona con la que están compartiendo la experiencia. No usar interrogantes. Por ejemplo, ‘tú tienes cabello oscuro’, ‘tú eras la persona que yo menos conocía’.
Reflexionen, escriban y comenten cómo les resulta este estilo de comunicarse.”
3. “Conversen ahora solamente con declaraciones en primera persona del plural (nosotros). Por ejemplo, ‘nosotros tenemos la misma edad’. Reflexionen, registren y compartan sus vivencias; háganlo también en relación con las experiencias precedentes.”
4. “Conversen utilizando solo oraciones o afirmaciones que comiencen con la primera persona del singular (yo o mi).
Por ejemplo, ‘mi deseo es aprender a escuchar’ o ‘yo no sé
qué decirte’. Reflexionen, escriban, compartan y comparen con los ejercicios anteriores.”
5. Finalmente, “conversen usando solamente declaraciones/afirmaciones de primera a segunda persona del singular (yo-tú). Es decir que empiezan con “yo”, “mi”, o “me”, e involucran al otro. Por ejemplo, ‘me gusta el color de tus ojos’; ‘me siento muy cómodo compartiendo la experiencia contigo’.”
“Ahora conversen y, al recordar lo experimentado en cada tipo de conversación que tuvieron, compartan aprendizajes de lo vivenciado.”
La experiencia intenta demostrar que en general nos cuesta hablar desde el yo, en primera persona del singular.
Muchas veces ponemos la cuestión afuera de nosotros mismos y suena distinto decir “el día está hermoso” en vez de “me gusta este día”. En este caso hablo más de mí mismo que del día. O en el caso de decir “estás bonita” en vez de “me gustas”.
Cuando hablamos desde el yo nos revelamos más y nos comprometemos más. Hago una clara declaración personal acerca de mis pensamientos, sensaciones, emociones, etc.
Al expresarnos en primera persona asumimos responsabilidad de nuestras opiniones, agrados o desagrados, posiciones, peticiones, etc. Hablando desde el yo asumimos responsabilidad en la relación con el otro.
El modo de comunicar afecta las relaciones. Tomar conciencia de esto nos posibilitará diálogos más directos y honestos. Esta distinción es relevante en las conversaciones de coaching.
