Palabras Claves: grupal, resistencia al cambio, zona de confort
Tiempo: 10 minutos
Dinámica:
Dice el facilitador:
–Dejen todo lo que tengan en sus manos (…); ahora les pediré que entrelacen los dedos de ambas manos (el facilitador lo ejemplifica) como lo hacen habitualmente.
(Posición 1)
Permanezcan así unos instantes percibiendo cuál es la sensación.
Continúen con las manos cruzadas hasta que dentro de unos instantes yo les solicite –no lo hagan todavía, solo escuchen y observen lo que yo haré– que descrucen los dedos, que giren las manos como un engranaje que se corre un lugar, y vuelvan a cruzar los dedos, esta vez en otra posición.
Una vez seguro de que todos han comprendido la consigna, les solicita que –ahora sí– abran las manos, corran un lugar el engranaje y vuelvan a cruzar. (Para chequear comprensión, el pulgar que estaba arriba en la posición anterior, ahora deberá estar abajo.)
(Posición 2)
–Nuevamente dense unos instantes para percibir ahora cuál es su sensación. Luego pueden soltarse y colocar las manos y los brazos en la posición que quieran.
Recupero:
Se abre un espacio de comentarios, sensaciones y reflexiones.
• ¿En qué posición se sintieron más cómodos? ¿1 ó 2?
• ¿Alguno se sintió incómodo en la posición 2?
• ¿Dónde tenían mayor conciencia de los dedos?
• ¿Nos resistimos al cambio? Si es afirmativo: ¿por qué?
A partir de esto, el facilitador invita a reflexionar acerca de la aplicación de este ejercicio a diferentes aspectos de la vida. Cómo desde la resistencia y la evitación del dolor, nos impedimos a nosotros mismos el aprendizaje y la transformación. Salir de la zona de confort abre la posibilidad de tomar mayor conciencia. Se trata de salir, expandir y ampliar.
Nota
Este ejercicio también puede practicarse cruzando los brazos a la altura del pecho en lugar de hacerlo con las manos.
